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Ni una menos - Caricatura - Volvemos a las calles
Imagen: Colectivo 25 de noviembre

En estos últimos tiempos las denuncias públicas a través de las redes sociales y los medios de comunicación se han convertido en las plataformas más útiles para hacer luz sobre la cruenta realidad de la violencia machista que sufrimos las mujeres. Son los canales por los que se hace público aquello que por siglos las mujeres manteníamos en silencio, en la oscuridad.

Hace dos semanas, rompí el silencio y la vergüenza que llevaba meses soportando, por fin llegó el día en que pude hacer pública la tormentosa violencia psicológica que venía atravesando en mi relación de pareja con Abraham Valencia (político de izquierda). Sabía que esto traería consecuencias, pero no podía dejar de hacerlo, por mí, por Laura que rompió su miedo después de 4 años y por todas las mujeres que aún están en silencio.Porque como feminista sé que lo personal es político y que de ninguna manera eso se trata de una “perspectiva peligrosamente totalitaria” como dice un académico respecto de mi denuncia; más bien, es el patriarcado el sistema de autoridad y violencia de los hombres contra las mujeres la forma más totalitaria que existe de la dominación masculina, que poco a poco a través de nuestra voces iremos derrocando.

A los pocos días, nuevas denuncias salieron a la luz, esta vez por violencia sexual contra Guillermo Castrillón (director de cine), Eva, Micaela, Rocio, Laura, Muki y otras mujeres,a las que conozco, se llenaron de valentía, rompieron su silencio y decidieron no callar más, provocando la indignación de muchísimas personas, produciéndose una inmediata sanción social, como en mi caso, pero al mismotiempo la complicidad de otras personas que intentaban justificar la violencia. Lo importante es que poco a poco estamos logrando un cambio cultural que no se queda mudo ante la violencia machista.

Las mujeres atravesamos una larga cadena de violencias en nuestras vidas y cuerpos, la psicológica a través de los insultos, las amenazas, las mentiras, la manipulación y el control es de más perversas porque daña lo más valioso que tiene una misma, su autoestima. Te da duro en lo más íntimo de tu ser, te provoca desesperación, te hace sentir culpable, daña tu salud mental. En nuestro país el 67% de las mujeres son víctimas de violencia psicológica, 7 de cada 10 mujeres denuncia haber vivido un episodio de maltrato psicológico por parte de su pareja o ex novio (INEI).La violencia sexual, daña nuestros cuerpos, nuestra autonomía, nuestra capacidad de decisión, también nuestra salud mental. Recordemos que las violaciones sexuales no tienen que ver con la “pasión” o “bajos instintos” tiene que ver con el ejercicio de poder y control asimétrico que tienen los hombres sobre la vida y cuerpo de las mujeres. De marzo a agosto del 2017, se reportaron 5068 denuncias del delito de violación a la libertad sexual (INEI), de todos los casos, en un 93%, las víctimas fueron mujeres, aproximadamente  25 mujeres son violadas al día en el Perú, es decir, una en ese preciso momento.

En esta semana, se inició un proceso de indagación en la Comisión de Ética a las congresistas Marisa Glave e Indira Huilca por haber utilizado el #PerúPaísDeVioladores, cuyo propósito es querer silenciarlas y amedrentarlas, pero no podrán porque somos miles de mujeres las que alzamos nuestras voces. Una vez más el fujimorismo nos demuestra que odia a las mujeres.

Hace falta que sigamos denunciando, rompiendo las cadenas de silencio y vergüenza, es necesario que nos crean, porque las mujeres no mentimos cuando denunciamos, porque el proceso de hacer pública la violencia que sufrimos es sumamente difícil. La violencia machista nos pasa a todas, atraviesa nuestras vidas, por eso este 25 de noviembre volvemos a las calles a gritar más fuerte: ¡Ni Una Menos!