Fuente: Samuel Abelardo Hidalgo Asencios
Después del escándalo de corrupción que estallara en la Corte Superior del Callao conocida como “Lava Juez” o el caso de los “Cuellos Blancos del Puerto”, lo que generó una crisis política que involucraba a los tres poderes del Estado, el presidente Martin Vizcarra, en su Mensaje a la Nación dada en el Congreso de la Republica, convoco a un referéndum para realizar reformas constitucionales.
Estas reformas que modifican: La conformación de la Junta Nacional de Justicia, plantean la regulación del financiamiento a las organizaciones políticas, la no reelección de congresistas y el retorno a la bicameralidad, han sido bien recibidas por gran parte de la población, sin embargo han generado rechazo en sectores reaccionarios de la derecha conservadora del Perú.
Si bien estas medidas, en el corto plazo, calmarían el ánimo de la población cansada, principalmente, de la actual clase política, y hasta cierto punto son necesarias; no son suficientes. Y no lo son porque en la medida que siga esta Constitución, principalmente con su capítulo económico intacto, no se presentaran un verdadero cambio, serán solamente maquillajes a un documento que nació de un golpe constitucional.
Estos cambios a la constitución en cierta medida da la razón aquellos que vienen luchando por un proceso constituyente para una nuevo contrato social, algo hasta hace poco era impensado, ya que gran parte de la derecha estaba muy cómoda teniéndola como está, esperemos que a partir de hoy se siga poniendo en el debate el cambio de nuestra carta magna y en un futuro cercano vayamos hacia una nueva Constitución.