Fuente: VRI – PUCP
Desatenderse de entender el comportamiento humano es un lujo que el Perú no puede permitirse.
Tras una cálida bienvenida del director ejecutivo de GRADE, Santiago Cueto, y la embajadora canadiense, Gwyneth Kutz, queda claro que el Seminario Internacional – “¿Cómo promover la investigación de ciencias sociales en el Perú?” es una exhortación sumamente organizada, seria, sustentada y estratégica a favor de la inversión y eficiente gestión de los recursos en las ciencias sociales.
Benjamín Marticorena, representante del Concytec, lo ejemplifica elocuentemente al señalar que nueve de cada diez problemas de salud pública en el Perú podrían resolverse con estudios de ciencias sociales y que con esto se refiere a investigación sobre la gestión y uso del agua, formación educativa, etc. En ese tono, comienzan una serie de ponencias de académicos, gestores y policy makers que se confrontan, encuentran sinergias y entendimiento mutuo alrededor de las necesidades del país de tener ciencias sociales suficiente y establemente financiadas.
La ponencia inaugural estuvo a cargo de Hebe Vessuri, una eminencia de la investigación social de la ciencia quien enfatizó que las ciencias sociales no logran el nivel de institucionalización de las ciencias duras a pesar de su enorme aceleración, el problema que supone la fuga de cerebros a largo plazo y el lugar subalterno de Latinoamérica en la academia global. Asimismo, advierte que, al final del día, los que pagan el costo de investigación controlan la agenda y, en este sentido, el Estado nación sigue siendo lugar clave de intervención. Javier Portocarrero, director del CIES, ofrece un pantallazo de la situación de las ciencias sociales, su historia en el país, su producción, los financistas clave y problematiza las diferencias entre la lógica de los policy makers y la academia en las escalas de tiempo, aplicabilidad directa de la investigación y temáticas. El Estado, sostiene, invierte en la modernización del sector privado, pero paradójicamente, no en las ciencias que más retroalimentan su propia gestión.
A continuación, GRADE hace un claro guiño a Concytec al invitar a 5 panelistas internacionales relacionados a los entes institucionales de financiación a las ciencias en sus propios países, Canadá (Social Sciences and Humanities Research Council), Chile (Fondecyt), México (Conacyt), Panamá (Senacyt) y Paraguay (Conacyt) encuentran representación. Los elementos resaltantes en los casos internacionales son muestras claras de la diversidad que pueden tomar los sistemas de financiación según las prioridades nacionales. Vemos que mientras Canadá cuenta con una base fuerte, estable y especializada de financiación para la investigación social; Chile se encuentra en el último lugar de la OCDE en porcentaje de PBI en inversión; México tiene poca inversión, dispersa temática y geográficamente; Panamá ha tenido un alza enorme de presupuesto para su Senacyt, pero continua batallando para legitimar la validez de las ciencias sociales; y, finalmente, que Paraguay mantiene niveles estables de inversión en ciencia y tecnología en especial desde el 2014, con alrededor de 135 proyectos en curso en CC.SS. Este panorama general visibiliza debates alrededor de la alineación de las prioridades de investigación académica y la agenda de desarrollo nacional, así como el nivel de legitimidad logrado por las ciencias sociales en el presupuesto estatal y opinión pública.
Santiago Cueto vuelve al estrado tras el almuerzo para resaltar que, a pesar de todo, la investigación científica en el Perú sí está avanzando a través de una serie de políticas de inversión, nuevos arreglos instituciones como la Ley Universitaria y la Ley del canon, etc. Enfatiza que estos nuevos aires deben ser gestionados efectivamente. Acto seguido, dos rondas de ponentes son presentadas para representar las “Reacciones desde la academia” y las “Reacciones desde el Estado” al sistema de financiamiento de las ciencias. Ambos grupos fueron sentados al centro del auditorio con sillas extra para alentar la participación del público y discutir preguntas tales como ¿cuál sería la diferencia que haría mayor financiamiento de las ciencias sociales?, ¿Cómo se definirían los temas de investigación? ¿Con qué evidencia y métodos de evaluación/selección? y ¿Cómo podemos movilizar, recursos, fondos sectoriales, dinero del canon, etc? Esta configuración fue un claro gesto de parte de GRADE para generar un diálogo literal entre partes e incluyó a representantes de la Facultad de CC.SS. PUCP, SEPIA, IEP, CIES, Centro Bartolomé de las Casas y la UNSa de Arequipa, y a funcionarios del Estado del MIDIS, MEF, MINEDU, PCM y Produce.
Dentro del gran espectro entre investigación “académica” a largo plazo y consultorías puntuales para el Estado/mercado, las ciencias sociales se desarrollan y el problema de su financiación, a pesar de ser cotidiano, se mantiene sub-discutido. GRADE intenta así visibilizar un tema por momentos incómodo para abrir la caja negra de la gestión de recursos de disciplinas que estudian el comportamiento humano, pero que suelen evitar analizar sus propias dinámicas. El premier Salvador del Solar acompaña a Fabiola León, presidenta del Concytec, y a Santiago Cueto en la mesa de clausura del evento. “Debemos tomar decisiones sobre el porcentaje dedicado, pero ya no hay vuelta para atrás. Las ciencias sociales son y deben ser parte de la investigación que se realiza en el Perú”, nos dice León. Acto seguido, Salvador del Solar cierra el evento enfatizando el valor histórico que ha tenido la academia en el trabajo del Estado (viceministerio de interculturalidad, paridad de género en el gabinete), la necesidad de la generación de evidencia frente a la creciente polarización política y en general la importancia de las ciencias sociales para la democracia. En resumen, considera que “el compromiso con la investigación debe ser público y de largo plazo”. El público rápidamente se muestra de acuerdo con aplausos.
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