Fuente:El País

“El coronavirus se está optimizando para transmitirse mejor”

El virólogo Rafael Sanjuán, que acaba de recibir 2,5 millones de euros de la UE para investigar virus peligrosos, advierte de que el SARS-CoV-2 muta más de lo que se pensaba

El virólogo Rafael Sanjuán posa con un virus dibujado por su colega Mariano Collantes en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, en Valencia.
El virólogo Rafael Sanjuán posa con un virus dibujado por su colega Mariano Collantes en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, en Valencia.MÒNICA TORRES

El virólogo Rafael Sanjuán, valenciano de 43 años, acaba de recibir casi 2,5 millones de euros de la UE para investigar virus peligrosos, ocultos en animales salvajes y capaces de dar el salto a los humanos. La pregunta no es si volverá a ocurrir, sino cuándo. Un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud alertó en septiembre de 2019 de que la humanidad debía prepararse para lo peor: una pandemia de un patógeno respiratorio letal. Tres meses después se identificó en la ciudad china de Wuhan el nuevo coronavirus, que ya ha matado a más de tres millones de personas. El informe de 2019 advirtió de la posibilidad “muy real” de que aparezca un virus que mate a 80 millones.

Sanjuán —del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, en Valencia— es uno de los mayores expertos en España en la evolución de los virus. La ayuda de 2,5 millones de euros es la tercera que recibe del Consejo Europeo de Investigación, un organismo que financia la ciencia de excelencia. Antes recibió dos millones de euros para estudiar la evolución social de los virus y 1,4 millones para investigar sus mutaciones.

El equipo de Sanjuán estudiará virus de los que se conoce su secuencia genética, pero no cómo funcionan. Su grupo generará fragmentos de estos virus y creará frankensteins con otros virus inofensivos, para investigar si son capaces de infectar células humanas en el laboratorio. “Hay centenares de miles de estos virus salvajes y no sabemos cuál será el próximo que nos invada. Nosotros podremos decir, por ejemplo, si una variante de un virus de murciélagos del sudeste asiático es peligrosa y tiene alto riesgo de saltar”, explica el virólogo, también profesor de Genética de la Universidad de Valencia.

Pregunta. Usted habla en sus investigaciones de “la vida social de los virus”. ¿Tienen vida social?

Respuesta. Los virus pueden cooperar y pueden hacerse trampas entre ellos. Incluso pueden comunicarse. En los virus que infectan las bacterias se ha visto que pueden emitir una señal [una molécula] para informar a otros miembros de la población de cuántos virus hay. Si hay muchos vecinos presentes, los virus prefieren quedarse latentes dentro de su hospedador, porque hay mucha competencia. Si hay pocas señales, salen para expandirse. Este tipo de comunicación virus-virus muestra que sí que tienen una cierta faceta social.“Se decía que el coronavirus no mutaba casi, pero muta mucho”

P. ¿Cuántas variantes del nuevo coronavirus puede tener dentro un enfermo de covid?

R. Es curioso, porque hasta hace no mucho se decía que el coronavirus no mutaba casi. Y lo decía incluso gente experta. Los coronavirus mutan mucho, aunque algo menos que otros virus de ARN [su tipo de material genético, diferente del ADN]. ¿Qué ha pasado? Que cuando un virus entra en una población nueva, al principio, es bastante homogéneo genéticamente, porque solamente unos pocos virus han cruzado la frontera entre el hospedador animal y los humanos. Pero, a medida que va expandiéndose en la población humana, hay más y más copias del virus y van apareciendo más variantes. Hoy en día ya vemos que las variantes son el principal problema que vamos a tener para combatir el virus. Dentro de un enfermo de covid hay miles de millones de partículas y millones de eventos de mutación. Al final se acumulan miles de variantes genéticas. La mayoría de las mutaciones no funcionan bien y son irrelevantes, pero unas pocas pueden mejorar al virus y tener éxito, generando variantes más transmisibles, capaces de escapar del sistema inmunitario o resistentes a los fármacos.

P. ¿La idea de que el nuevo coronavirus mutaba poco era errónea?

R. Los coronavirus mutan ligeramente menos que otros virus de ARN —quizá tres veces menos que el VIH, el de la gripe y el del ébola—, pero mucho más que otros virus que conocemos, como el del herpes. Si el virus produce miles de variantes pero empeora al mutar, no las veremos, pero creo que el coronavirus tiene margen de mejora, porque es un virus nuevo. Cuando un virus llega a un nuevo hospedador puede optimizarse. Y lo que vemos es que el coronavirus se está optimizando, sobre todo para transmitirse mejor, lo que no quiere decir que sea más letal. Puede transmitirse muy bien y ser un virus muy atenuado.

P. ¿Le preocupa que en India haya más de 300.000 casos diarios? ¿Puede ser un caldo de cultivo para que el virus se optimice muchísimo?

R. Por supuesto. Cuantas más personas se infectan, más oportunidades hay para que aparezcan variantes beneficiosas para el virus y por lo tanto peligrosas para nosotros.“Dentro de un enfermo de covid hay millones de eventos de mutación del coronavirus”

P. Es como el millón de monos aporreando un millón de máquinas de escribir, que al final pueden acabar escribiendo El Quijote.

R. Sí, esa es una metáfora de la selección natural, que es un proceso ciego.

P. Una persona puede estar infectada al mismo tiempo por dos variantes del virus diferentes y esas dos variantes, digamos, están teniendo sexo y descendencia híbrida: la llamada recombinación.

R. La coinfección de la misma célula con variantes distintas es la condición previa para que aparezcan recombinantes. Si uno mira las variantes que están apareciendo, tiene bastante pinta de que la recombinación está desempeñando un papel importante.

P. ¿Le parece conspiranoico pensar que el nuevo coronavirus se pudo escapar de un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan?

R. Yo creo que lo más probable, porque ya ha ocurrido otras veces, es que provenga de la naturaleza. Estas teorías conspiranoicas también ocurrieron con otros virus emergentes anteriores, como el VIH. Había una teoría que decía que el VIH se originó en las campañas de vacunación de la polio, porque para hacer la vacuna se utilizaban células de riñones de chimpancé. Luego se demostró que el origen del virus era anterior. Yo creo que, teniendo en cuenta que los saltos de hospedador de los virus ocurren de manera más o menos habitual y a veces dan lugar a pandemias, nuestra hipótesis de partida ha de ser que es un proceso natural. O, más bien, inducido por los seres humanos, pero porque estamos alterando los hábitats de las especies animales que son fuente de estos virus. Es verdad que el hecho de que haya un laboratorio de alta bioseguridad en Wuhan, donde se trabaja con coronavirus, te hace pensar que es mucha casualidad, pero que algo tenga sentido no quiere decir que sea cierto.

“HAY QUE PREMIAR LA CALIDAD, PERO EN ESPAÑA SE PREMIA MUCHO LA CANTIDAD”

El virólogo Rafael Sanjuán forma parte de la élite científica europea, pero sus méritos no son suficientes para el guardián de la universidad española, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Sanjuán ha logrado casi seis millones de euros en ayudas del Consejo Europeo de Investigación para proyectos de vanguardia, pero su trabajo no es de primer nivel según los criterios de la ANECA. “En investigación no llego a la categoría A de catedrático, solo a la B, porque te piden cantidad: unos 120 artículos. Pero no es lo mismo tener 120 artículos de autor principal en la revista Science que tener 120 artículos como tercer autor en una revista científica que no tiene nada que ver con Science. La diferencia es abismal”, explica.

Siete investigadores con ayudas europeas millonarias han denunciado en las páginas de EL PAÍS situaciones similares. Triunfan en la élite científica del continente, pero son rechazados por la ANECA para ser profesores titulares o catedráticos, por rígidos requisitos como la acumulación de horas de docencia o de investigaciones al peso. Sanjuán opina que este sistema es defectuoso: “Yo no llego a las 1.400 horas de clase que me exigen para acreditarme para poder ser catedrático. Hay que premiar la calidad, pero en España se premia mucho la cantidad”.

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